miércoles, 13 de agosto de 2008

Lo que el sismo se llevó

Malestar, tristeza y desolación en una ciudad que no se levanta de los escombros




Ha pasado ya casi un año, desde un día 15 de Agosto de 2007 en que un terremotó azotó duramente el sur del país. Su paso dejó muertos, heridos y quebrantó el alma de todo un pueblo que parece no haber dejado de llorar. Hoy, el miedo, la congoja y el desamparo se reflejan todavía en los ojos de esas miles de personas que lo perdieron todo , incluso la confianza en sí mismas. Y entretanto, poco o nada es lo que se ha hecho para revertir la situación. ¿Cómo vencer esa apatía?

Es lamentable que aún no hayan culminado con el levantamiento de escombros y que las personas sigan viviendo en carpas. Es obvio que hay una desatención muy grande del Gobierno y de las autoridades locales y que no proceden con celeridad. Se le atribuye ese motivo a las indecisiones y temores de autoridades por temor a ser investigados por desvió de dinero pero ¿acaso será cierto? El dolor no ha desaparecido y mientras siga primando esta falta de voluntad política no permitirá que el miedo se convierta en esperanza.

Es de muy mal gusto que el día de ayer de haya realizado una fiesta en el Palacio de Gobierno con motivo del día de la juventud, hay momentos y momentos y éste no era el indicado. Mientras que todavía hay miles de damnificados, cuyas vidas fueron arruinadas, que aún esperan que se les de alguna clase de apoyo y a pesar de todo se encuentran de pie, acá los congresistas se lo pasan de lo lindo, cuando sus preocupaciones deberían ser otras. Solo queda esperar (como siempre) que ahora sí se muestren serias intenciones de querer levantar esta ciudad y que no sean acciones populistas.

Es muy preciso recordar que el día del terremoto, todas las posibles ayudas colapsaron, como la telefonía, luz y rescate. Es muy importante recalcar que nos encontramos en una zona geográfica propensa a sismos, y que tenemos que estar siempre con las povisiones necesarias.
Todos debemos mejorar en cuanto a prevención de desastres, pero sobretodo las compañías ya citadas, pues si llegará a ocurrir un acontecimiento como el ocurrido -Dios quiera no pase- estar en óptimas condiciones para afrontarlo.

Nuestra comunidad necesita comprender cómo protegerse a sí misma, conocer sus limitaciones y sus fuentes de sustento de la mejor forma posible, sin esperar que algún representante de algún organismo venga a decirnos, repetidas veces, como debemos protegernos de un posible desastre, sino más bien que la Motivación,y el Estímulo nos haga descubrir que existe riesgo y que debemos reducirlo de abajo, hacia arriba.

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